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La cultura de la mentira se instaura en el poder
Raúl Díaz Calderón

Así es como titulaba unos de sus últimos artículos nuestro obispo D. Juan del Río, y que bien podrá servir para todos los rumores, “dimes y diretes”, insultos, etc… que están surgiendo tras la destitución como capataz de D. Jesús Manuel Sánchez Lineros.

Hablo en mi nombre, y nunca en el de Jesús, (que bien se que no le gustará esto que estoy haciendo por no ser amigos de indiscreción), porque me parece totalmente injusto todo lo comentado en estas ultimas fechas, por una serie de “personajes” escondidos tras un “nick” que se suben al carro de la victoria cuando la guerra ya esta ganada y que hasta hace unas semanas o meses eran incluso capaces de mirarle a la cara, saludarlo e incluso darle la mano hasta que ya se han enterado de su destitución. Como si se hubieran quitado un peso de encima.

Jesús puede ser de los cofrades menos conocidos y más discretos que conozco. Será tal vez por su humildad, por su saber estar, o porque realmente la incultura cofrade de esta ciudad no permita ver más halla de unos héroes de plastilina que lo son todo por ser costalero de no se donde, hermano de no se que hermandad, no reprimirse ante algún medio de comunicación o por se uno de lo pistoleros más rápidos en esto de los chats.
Pero la paradoja de todo esto viene cuando todas estas personas idolatradas (por meritos propios en muchos casos), no han parado de llamar y dar ánimos a Jesús en estos días. He sido testigo in-situ de las llamadas de los capataces, costaleros, hermanos mayores, vestidores, etc,.. más prestigiosos, preocupándose por su estado de animo. Para mi esto es señal inequívoca de que los que más pueden entender de esto de las cofradías aprecian y quieren a Jesús; será por algo….

Pero si de una costa estoy triste, es de que por culpa de una desavenencia de una persona hacia Jesús y nunca de Jesús a esa persona, repito, y nunca de Jesús a esa persona,(y ni mucho menos enfrentamiento alguno como ya publican algunos medios) se le tenga que destituir de su puesto de capataz. Pero lo más grave no queda aquí, sino que esta/s persona/s sean capaz de influir tanto en otras para que su plan valla cogiendo más fuerza, y ya el remate, que el resto de la junta de gobierno (mayoría en ese momento) se abstenga y no den un golpe en la mesa. Aquí ya no queda en entredicho la imagen del capataz sino la de la propia hermandad, que resulta aún peor.

Por eso desde aquí me tomo la libertad de defender a mi amigo y hermano Jesús, persona trabajadora, amigo de sus amigos, fiel, leal y tan integra como para se capaz de reconocer errores y pedir perdón a personas que pudiera haber hecho daño en un pasado y que ha día de hoy aun le siguen mantienen un odio, (si y digo bien, un odio) tan atroz.
Puede sonar a que me ciega la amistad o incluso a peloteo, pensarán otros, pero las ultimas muestras de cariño de mucha gente hacia Jesús me han hecho pensar que, ¿porque solo van a tener el derecho a hablar lo demás? En definitiva, tenia un compromiso personal de contar la verdad de cómo es Jesús, lo que lo quieren los demás y que todo lo que puedan oír por ahí, no sea del todo cierto.


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